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lunes, 19 de agosto de 2013

TURISMO BASURA EN MALLORCA

Aportamos unos renglones escritos por el camarada Adolfo Fernández, en respuesta a los últimos datos aparecidos en prensa respecto al turismo en el lugar donde vive, las Islas Baleares, gobernadas por una mayoría absoluta del Partido Popular.


Recientemente saltaba a los medios de comunicación la noticia de la buena temporada hotelera que está viviendo Mallorca que ha llegado al 100% de ocupación. 

Una cifra paradójica porque su retrospección no implica más que un aumento del 4% en contrataciones de personal del sector servicios en este año, en comparación con el año anterior cuando la ocupación estaba cercana al 90%.

La proporción del dato porcentual no pone de manifiesto más que la mediocridad del turismo que recibimos. Un turismo basado en el regateo pueril de la dignidad humana que, a su vez, es utilizada por empresarios carentes de programación de negocio para vender sus plazas a un precio inferior al que es en su objeto merecido.



El modelo turístico que ofrece Baleares en general está dirigido a personas indignas de otros países; individuos que sopesan su viaje al extranjero en función del precio del billete y del de su estancia en el lugar de destino que, es en este momento, muy inferior al que encuentran en sus residencias. Lo que conlleva, en palabras del populacho, que le supongan mejor ventaja económica su estancia en las islas que en sus propios países. Ejemplo claro de mis palabras es lo que ocurre en Playa de Palma, una zona degradada desde hace años y destinada al "turismo de mochila y borrachera", ese turismo moribundo del "todo incluido" que rellena plazas hoteleras pero que sólo conlleva gastos y ruina para la zona en la que se ofrecen que, además, es injustamente tratada por los visitantes, los cuales sólo aportan basura, delincuencia y decadencia en cadena.



En el Centro señor Antich (PSOE). Ex presidente de Baleares
Si a todo lo anterior le añadimos la nefasta política llevada a cabo desde la época de sexpartito hasta la actualidad, incapaz de canalizar y dirigir adecuadamente los recursos isleños al sector turístico, el cual ha sido castigado y penalizado por normas carentes de lógica empresarial y contraproducentes (ecotasa, prohibición de fumar, limitaciones de horarios...) nos presentamos en 2013 con un sector que, lejos de ser el motor de la economía, se convierte en lastre de la recuperación. 



Más aún cuando estos gobiernos autonómicos no se han valido del país al que sirven para su seaneamiento y han provocado guerras ideológicas, sirviéndose de la bandera y de la lengua para crear separatismos artificiales con el fin único de camuflar su ineptitud en el poder, al tanto que engordaban sus cuentas privadas con comisiones, mordidas y pufos varios que todos ya conocemos. 

Joan Bauzà (PP). Presidente de Baleares
Necesitamos un turismo de mayor categoría, compuesto por visitantes dignos de las bellas tierras en que habitamos. Esto se consigue con un cambio radical del modelo productivo empresarial que actualmente, acostumbrado al máximo beneficio con el mínimo esfuerzo, rascan beneficios a costa de degradar las zonas en que plantan su gestión hotelera. Se requiere de inmediato una oferta dirigida a turistas de mayor poder adquisitivo para lo que, es obvio, no están dispuestos nuestros hoteleros en su mayoría. Es preciso y urgente despertar el interés de unos visitantes de mayor renta per capita para nuestra comunidad, sacrificando plazas hoteleras en beneficio de la comunidad a la que sirven y de la que se rodean. Es necesario evitar la retención de los visitantes en el interior de los complejos con esa fórmula terrible de incluir todos sus gastos en un precio cerrado del hotel, porque impide su tercio e interacción en el resto de la comunidad, comunidad que dejará de existir si esto no se modifica, consecuencia que llevará de manera irremediable a la propia desaparición hotelera por quiebra de sus sistema de negocio actual. Apreciación que lleva, en definitiva, al detrimento de la comunidad provocada por la cortoplazista gestión hotelera, que verá en su explotación de la actividad su propio final a largo plazo.


Adolfo Fernández

1 comentario:

  1. Desde Valencia toda mi solidaridad con el pueblo mallorquín

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